2 de abril de 2009
Un lince menos
Profunda tristeza me produce leer noticias como la de THEO, una lince que vivía en Doñana y que ha muerto hace poco atropellada. Por la necropsia se ha sabido que previamente fue tiroteada y que estaba embarazada.
No entiendo cómo a pesar de todos los esfuerzos que hay para la conservación y cría en cautividad del lince ibérico no se ponen más medios para conservar su hábitat y cómo es posible atropellar un animal del que se estima que sólo hay unos 200 en libertad (sólo 50 en Doñana).
Los energúmenos que tienen la suerte de cruzarse con uno en su camino deberían de sentirse afortunados de obtener tal privilegio de la naturaleza pero sólo gente sin escrúpulos ni empatía por los seres vivos puede apretar el gatillo o pisar el acelerador cuando miran a los ojos de un lince.
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se abran alegrado los de la iglesia católica....
ResponderEliminarSi, la verdad es que es una pena, pero hay gente para todo!! Si no..solo tenemos que fijarnos en la cantidad de perrillos que son abandonados cuando entra el verano...
ResponderEliminarY yo me pregunto ¿como alguien puede ser tan cruel, como para echar a la calle a ese que ha sido su mas fiel amigo? Pues lo hay, y a patadas...
Yo colaboro (cuando puedo) en una protectora y os asombrariais de ver lo que tengo que ver.
Es una pena!!!